Ya estamos tan acostumbrados a criminalizar el plástico que, para los expertos, se hace difícil orientar a los consumidores sobre su correcta gestión. Y es que valga mencionar que si aprendemos a usar el plástico, podemos reducir el impacto negativo que tiene sobre el medio ambiente.
Para diversas industrias y el consumo en general el plástico es sin duda un material necesario. En el mercado de los alimentos su uso es fundamental, dado que cuenta con propiedades que ayudan a conservar los alimentos, manteniendo su calidad y lo más esencial, su vida útil. Gracias al efecto protector del plástico, se evita el desperdicio de alimentos, el que según expertos de Co-Inventa, puede llegar a la mitad de su producción general, por lo que la gestión del plástico es un asunto de interés para el sector alimentario y de packaging.
De acuerdo con Rodrigo González, Gerente General de Co-Inventa, la correcta gestión del material parte desde los mismos usuarios. “Los plásticos, en su mayoría, de ser tratados de buena manera y separados por tipo, se pueden reciclar fácilmente y transformar nuevamente en envases y otros productos de consumo, generando una huella de carbono e hídrica, mucho menor a otros productos, como por ejemplo el vidrio”.
Desde Co-Inventa, se recomienda generar incentivos a los consumidores que los motive a reciclar y reutilizar, transitando de la economía de lo desechable a una economía circular que, con base en la conciencia medioambiental, re-incorpora los productos plásticos para nuevos usos y hasta la elaboración de otros productos.
“Se debe educar al consumidor, para elegir productos que contengan materiales reciclables (independiente del tipo de material) y que el consumidor separe los productos de manera tal que se puedan reciclar en las condiciones adecuadas”, explica Rodrigo González.
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