Hoy los desarrollos en este sector están orientados no solo a la funcionalidad del envase, si no que a extender la vida útil de los productos, especialmente pensando en el rubro alimentario. Además, existe cada vez mayor interés en materiales más fáciles de reciclar, biodegradables o compostables.
La industria de envases y packaging se ha visto enfrentada a cambios en las preferencias de los consumidores, los cuales hoy buscan sustentabilidad y mejores experiencias de consumo.
Pablo Pastene, director ejecutivo del Centro de Innovación, Emprendimiento y Tecnología de la Universidad Adolfo Ibáñez (CIET UAI), comenta que las nuevas tecnologías van por este camino. “Buscan transitar a envases monomaterial que sean fáciles de gestionar para su posterior reciclaje. En nuestro país, la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (Ley REP) provocará cambios relevantes en la gestión de los residuos”.
A su juicio, justamente el desafío más pronto de los actores de la industria es adaptarse a los cambios que se vienen con la Ley REP, lo que trae un promisorio escenario para alternativas de packaging sustentables. “El reto será desarrollar envases que cuenten con materiales reciclables, compostables y sustentables para que, de esta forma, se puedan adaptar a las nuevas tendencias amigables con el medio ambiente, a generar menos residuos y cumplir con las exigencias de la nueva ley”, sentencia Pastene.
Agrega que existen numerosas normativas respecto de la calidad de los envases, como también acerca de la composición, trazabilidad y biodegrabilidad. A su vez, detalla que estas reglamentaciones son más estrictas para los envases que contengan alimentos, ya que el envasado juega un rol clave en la preservación de la seguridad y calidad de los productos a lo largo de la cadena alimentaria.
Mayor vida útil y menos residuos
Rodrigo González, gerente general de Co-Inventa —plataforma de innovación de envases y embalajes— concuerda en que la industria del packaging ha evolucionado hacia una orientación pensada no solo en la funcionalidad del envase, si no que en entregar mayores beneficios al producto, en especial en envases y embalajes de alimentos. “En este campo se han generado desarrollos tecnológicos que apuntan a lograr alimentos mucho más inocuos, con menos aditivos por medio de los envases, o que puedan tener una mayor vida útil y conservar sus características y calidad”, subraya.
Es así como las tendencias en Chile —destaca el ejecutivo— apuntan a agregar valor a los productos alimenticios, junto con lograr las metas que se ha propuesto el país que van de la mano con duplicar las exportaciones de este rubro al 2025. “Por un lado, se busca lograr envases que permitan extender la vida útil de los productos. Y, por otro lado, disminuir residuos. Hoy existe interés, además, en reemplazar ciertos materiales, por aquellos que sean más fáciles de reciclar, o que cuenten con materiales biodegradables o compostables, y entra a ser cada vez más relevante el concepto de ecodiseño y ciclo de vida del producto, con el fin de generar productos más sustentables, y donde el packaging y los envases juegan un papel más que relevante”, explica González.
En este mismo camino, comenta el gerente general de Co-Inventa, que en la actualidad existe una necesidad de las empresas, en general, de replantearse sus procesos con el fin de que sean más sostenibles y disminuir el impacto medioambiental.
La Dra. María José Galotto, directora de Co-Inventa, dice que en rigor de este panorama hoy se pueden encontrar un gran número de innovaciones en el mercado, que van desde materiales y bolsas compostables, pasando por envases activos e inteligentes, que otorgan mayor vida útil a los productos, o entregan mayor información al usuario, como las etiquetas inteligentes, hasta envases que se calientan solos.
“Existen un gran número de innovaciones en formatos, materiales y funcionalidades de envases, y Chile está llamado a ser uno de los líderes en está línea, principalmente, debido a la lejanía de los mercados finales de los productos nacionales, y a que estos deben competir con los productos locales, por lo que los envases y embalajes son un tema prioritario si es que queremos lograr la meta de duplicar las exportaciones de alimentos al 2025”, comenta.
Envases activos
Una de las innovaciones son los envases activos que tienen como objetivo mejorar la seguridad alimentaria, preservar la calidad del alimento envasado y alargar su vida útil, entregándole al cliente final un producto que es seguro para ser consumido.
Detalla la Dra. Galotto que existen variados tipos de envases activos, como los sistemas que actúan sobre la temperatura y permiten calentar o enfriar el alimento o que pueden potenciar la temperatura en el interior del envase. También los que interaccionan directamente con el alimento, como los envases con actividad antimicrobiana, que absorben olores y sabores, entre otros.
Y el rol de la nanotecnología juega un papel importante dentro de los envases activos. “Muchos de los componentes activos como nanopartículas tienen mayor efectividad, y se pueden incorporar de mejor manera a los materiales que formarán el envase. De esta manera, las nanopartículas de plata y cobre están siendo ampliamente utilizadas como potenciales agentes antimicrobianos en envases y embalajes de alimentos”, sostiene la experta.
Avances ciertamente relevantes, pero aún quedan retos por cumplir. Dice la Dra. Galotto que pensando en el rubro alimentario —uno de los más relevantes para la industria de los envases y el packaging— uno de los desafíos es trabajar fuertemente en el desarrollo de nuevas tecnologías que permitan obtener materiales y envases que aseguren la calidad, la inocuidad y la vida útil de los productos, pero que a su vez puedan ser reciclados y/o biodegradados. “Y como se ha planteado anteriormente, Chile al tener sus mercados de destino muy alejados, es un actor que está llamado a innovar en envases y embalajes con el fin de que los productos del país puedan competir con los productos locales de igual a igual en cualquier mercado, y para esto es necesario que las empresas inviertan en I+D+i”, finaliza.
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Nota publicada en especiales diario El Mercurio. Vea la nota publicada aquí.
SEP
2018